30 de marzo de 2016

Semana Santa de Cáceres 2016



Tradición y devoción, religiosidad y arte, cera e incienso, saeta y silencio... se citan en una Semana Santa de Interés Turístico Internacional en un escenario Patrimonio de la Humanidad. 

- Cáceres -


Cuando queremos compartir el entusiasmo y la ilusión que miles de cacereños depositamos en la Semana Santa no podemos garantizar la objetividad. El amor que sentimos por nuestra ciudad, y más en esos señalados días donde el cielo se tiñe de morado nazareno y las calles se perfuman de incienso y se alfombran con cera, transgrede las reglas de la imparcialidad y es así como nos declaramos fieles e incondicionales admiradores de la ciudad de Cáceres en nuestra semana preferida del año.

Cuarenta días donde la espera recorre su recta final. Cada Cuaresma, inaugurada por el miércoles penitencial por excelencia nos alienta a vivir con intensidad, devoción y fe la Semana Grande. Cultos, besamanos y otros actos cuaresmales hacen más llevadera una larga y ardua espera que perece cada Viernes de Dolores cuando comienza el ajetreo característico de los días previos, traslados, montajes, ultimar los pequeños detalles que marcarán la diferencia…un sinfín de labores que rebosarán por las páginas de nuestra agenda cofrade, una carrera para que cuando llegue el día esperado todo esté a punto y las prodigiosas imágenes a las que tanta fe profesamos brillen más que el sol en su cortejo procesional.

Cuando vamos a echar la mirada atrás, la interminable espera ha acabado y nos encaramos pues a siete días santos que quedarán en nuestra memoria como un suspiro, un sueño efímero del que siempre nos quedan más ganas, que siempre nos deja una sed insaciable que pide más…una conciencia que ignora nuestro cansancio y nos hace estar dispuestos a volver a empezar, una y otra vez…

Así es el sentir cofrade, el sentir que vive cada momento de la Pasión como si la vida fuera en ello pero que en cambio nunca queda satisfecho, y es esto lo que nos alienta a esperar un año, pacientes y resignados ansiando otras siete jornadas donde se sucedan otros veinticuatro desfiles procesionales, cifra elevada pero para nosotros nunca suficiente de la que gozamos en Cáceres.

El pesimismo se hizo presente los días previos a la Semana Santa, los pronósticos pocos favorables a los cofrades asustaban y decaían a cualquiera pero la fe de los devotos fue más fuerte que cualquier predicción meteorológica pesimista y el cielo, aunque muchos días amenazante, respetó la gran mayoría  de desfiles y cortejos procesionales.

Un cielo encapotado no frenó a los hermanos de la Cofradía Dominicana a llevar a su titular el Stmo. Cristo de la Victoria hasta el centro de Cáceres en un cortejo que se ha caracterizado por el rigor, la seriedad y su impecable formación a la que contribuyó tanto la labor de los encargados de dicho menester como la incorporación de una nueva formación musical que se estrenaba este año, la renacida banda del Nazareno que se bautiza esta vez como Banda de Ntra. Sra. de la Misericordia. Una hora más tarde de que la Cofradía de la Victoria pisase la calle, salía la otra corporación del Sábado de Pasión, la Hermandad de la Humildad, que esta vez sí tuvo que acortar su recorrido asustada por un cielo que no se limitó a amenazar en la barriada del Vivero.


Mañana de Domingo de Ramos triste con la suspensión de una procesión que nadie recordaba que se hubiera “quedado en casa” alguna vez; la popular “Burrina” sólo se encaminó a San Juan para la Bendición de las Palmas. Por la tarde sí desfilaba Ntra. Sra. de la Misericordia, arraigadísima devoción mariana entre los cacereños, que realizaba el primero de los dos  desfiles procesionales que realizará este año (el segundo de carácter extraordinario). El Señor de las Penas, una de las más preciadas imágenes de nuestra Semana Santa, no sólo por su valor devocional sino también por sus dimensiones artísticas que datan del s. XVI también pudo procesionar en esta tarde de domingo.
Lunes de Salud y Batallas, de Refugio y de Dolores. La jornada del Lunes Santo venía con dos de las procesiones más reconocidas en la semana santa cacereña, la de la Cofradía de las Batallas y la de la Hermandad de la Salud, característica ya por romper con la castellana tradición del hombro para enriquecerla con el costal, muestra de que nuestra semana santa es rica y diversa, no corresponde a un estilo cerrado sino que la suma de caracteres diferentes le hacen tener una identidad propia e inconfundible.

El Martes enmudece conforme cae la tarde, inmaculado silencio que protagoniza las estaciones de penitencia del Cautivo del Perdón y el Ermitaño del Amparo.

Dicen algunos que la Semana Santa cacereña empieza el Miércoles, y no podemos negar que desde el ecuador de la Pasión se sucederán los días más fuertes. Le toca salir a la que sea quizás la devoción mariana que más fervor despierta en los cacereños, La Virgen de la Esperanza volvió un miércoles más a ser confidente de los deseos y peticiones de miles de cacereños que con ojos atónitos y emocionados que dejaban escapar alguna lágrima se acercaron hasta las calles del centro para volver disfrutar de uno de los cortejos más valorados de toda la semana; hermoso palio, velas y flores conformaban un trono para una reina que seguía los pasos de su hijo crucificado. Tarde de Via Crucis para los hermanos del Humilladero y noche de expectación para miles de cacereños y turistas que ocupaban adarves, calles y plazuelas del casco monumental para contemplar la cacereñísima procesión del Cristo Negro, un cortejo cuyo silencio y sobriedad llegan a imponer a todos aquellos que lo ven por vez primera…nube de incienso que cubre un escenario medieval incomparable, hermanos de rostro oculto que sujetan antorchas llameantes y una talla inconfundible que no deja indiferente a nadie son los ingredientes de uno de los recuerdos que siempre dibujamos en la memoria cuando escuchamos la palabra “procesión”.
 
La mañana Jueves Santo, que despertó  con el Sol que cualquier hermandad de días previos hubiera deseado, correspondió a la Sagrada Cena, cofradía que procesiona el paso de misterio más majestuoso de toda la ciudad con trece imágenes que retratan la Última Cena del Señor, seguido del peculiar Ángel Eucarístico que es cargado a hombros por los jóvenes de la hermandad y que precede a la titular mariana, también de reconocida devoción, Ntra. Sra. del Sagrario, advocación más que acertada para una cofradía Sacramental.

La esperada tarde del Jueves Santo fue testigo de las horas más cofrades de la Semana Santa donde los cacereños y turistas pudieron disfrutar de hasta tres desfiles procesionales que tenían lugar simultáneamente: la Cofradía de Amor con su Cristo Crucificado y la Stma. Virgen de la Caridad, la Vera Cruz con los cinco pasos que son representación de los cinco momentos más destacables de la Pasión de Cristo y, aunque más alejada del centro, la Cofradía del Humilladero que sacó a sus titulares por su barrio. A las doce y media de la noche, los hermanos de Jesús Condenado perdían su identidad ocultándose bajo un sobrio verduguillo de riguroso color negro; Jesús Condenado cargando con su característico patíbulum, que en su recorrido por la ciudad monumental nos brinda instantáneas espectaculares, ponía  fin a la jornada del Jueves y con su recogida inauguraba la Madrugada.

No es patrón de Cáceres pero la devoción de los cacereños hacia Él podría llevar a pensarlo, Jesús Nazareno, la imagen más prodigiosa, emblemática, popular y querida de la ciudad salía del Templo de Santiago cuando aún el sol no había amanecido. La Cofradía, fundada en el siglo XV, volvió a procesioanar sus nueve pasos en una de las procesiones más llamativas y espectaculares de la Semana Santa de Cáceres. Por la mañana Cristo expira junto a su Madre de Gracia y Esperanza a las tres de la tarde en San Mateo tras un concurrido desfile y el Stmo. Cristo de los Estudiantes también realiza su tradicional procesión. Al caer la tarde, el Santo Entierro, cortejo fúnebre de que contó con gran presencia mediática y con más de doscientas mil personas siguiéndolo a través de Televisión Española.

 Sábado pobre y atípico para los días de gran intensidad que estábamos viviendo, sólo un cortejo que las inclemencias del tiempo impidieron. María del Buen Fin, ataviada de hebrea a los pies de un calvario vacío no pudo compartir su dolor con los cacereños.

  
Y llega el punto álgido tras una semana de penitencia y lágrimas, de tristeza por la Pasión del Señor y de alegría por la emoción que nos provoca el hacer lo que llevamos un año esperando. El encuentro victorioso entre Jesús Resucitado y la Virgen de la Alegría se consagró hace mucho como el broche de oro que cierra la Semana Santa.

Sólo queda esperar y aprovechar la espera, en Cáceres disfrutamos de una Semana Santa que se traslada a cualquier mes del año con una intensa actividad en las hermandades y cofradías. No son pocos los eventos que nos harán esta vez más llevadera la espera: la salida extraordinaria del Stmo. Cristo de la Victoria de Serradilla, la procesión de la Cruz de Mayo que preparan los costaleros más jóvenes de la Cofradía de la Salud, la salida extraordinaria de Nuestra Señora de la Misericordia, la primera salida procesional de María Santísima del Rosario en Sus Misterios Dolorosos y la formación de una nueva cofradía en Cáceres, grata noticia que a cualquier cofrade complace. Uno de los fundadores de la que sea en poco tiempo Hermandad de Jesús de la Lealtad concederá a este blog una entrevista exclusiva en los próximos días con la que se iniciará la presentación ante los medios de la misma.


GALERIA FOTOGRÁFICA 2016


Una mirada a la  Semana Santa de Cáceres, que en silencio llegó, con saetas y redobles nos acompañó hasta que el Cristo de la Victoria  Resucitó.

Con el deseo que sea un tiempo inolvidable para siempre,  les dejo estas imágenes que harán que la Semana más hermosa de Cáceres persista en la memoria de todos., y esperando que la próxima primavera reviva de nuevo con más fuerza la verdadera Semana de Pasión de nuestra ciudad.


                                                                                Abraham Velarde
Recuerdos que persisten en nuestra mirada ....